viernes, 31 de octubre de 2014

¿TRUCO O TRATO?

¿TRUCO O TRATO?

 

     Lo que hoy conocemos como la Noche de Brujas o Halloween se celebraba hacen más de 3000 años por los Celtas, un pueblo guerrero que habitaba en las zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Precisamente el 31 de octubre, los Celtas celebraban el fin de año con el Samhain, una fiesta pagana.  Esta tradición llego a los Estados Unidos debido a la migración europea principalmente de los irlandeses católicos en 1846.  




    Pero hoy en día cuando se habla de Halloween o Día de las Brujas se piensa en disfraces, maquillaje, fiesta, dulces y niños; pero esta tradición indica que su celebración no siempre fue festiva y alegre, y que los ritos que se practicaban durante la noche tenían un carácter purificador y religioso, con motivo de festejar el  final de las cosechas y que pretendía espantar a los malos espíritus.

    El Samaín, en su versión celta más ancestral, o el Halloween, en su versión más moderna, ya invade todas las ciudades del mundo. Todos se suman a esta celebración, en la que el mero reclamo comercial y las ganas de diversión se entremezclan con el interés por la recuperación y conservación de una tradición pagana de ritos y creencias mágicas, relacionadas con la noche de difuntos. 



       Para otras muchas personas esta festividad también se la denomina como «entroido de difuntos» en el que toca vestirse de zombis, brujas, vampiros, monstruos y muertos vivientes, donde esta tradición ya se les inculca a los más pequeños para asistir a las fiestas escolares o las que organizan pubs y discotecas, animando a la gente a acudir vestida de la forma más terrorífica posible la noche del 31 de octubre.

 


    Caretas, maquillajes, telarañas, cuervos, grilletes, miembros amputados y ensangrentados, calabazas convertidas en calaveras, guadañas, cápsulas para escupir sangre, simulaciones de lápidas, tridentes, collares de ajos y colmillos estos son algunos de los elementos imprescindibles para pasar esta velada.


       Uno de los ejemplos de ciudades que se unen a la tradición del Samaín en Galicia es la ciudad de Lugo que por primera vez celebra en sus calles esta festividad.






jueves, 16 de octubre de 2014

No todo es lo que parece


No todo es lo que parece


¿Poder visitar el Pórtico de la Gloria en pleno centro de Londres? ¿Y cambiar el romántico paisaje parisino por un excéntrico Las Vegas para ver la torre Eiffel? ¿Cruzar la Puerta del Sol en Japón? Hace un par de décadas sería impensable que las réplicas de monumentos adquiriesen un hueco tan importante dentro de los recursos turísticos de una determinada zona. Esto a veces produce paisajes de lo más excéntricos, en los que podemos estar al lado de la Torre Eiffel y a menos de dos metros poder visitar la Esfinge de Giza.



Les ofrecemos un viaje para todos los públicos, excepto para aquellos amantes del arte que todavía aprecian el valor que el original siempre tiene con respecto a la réplica.

Si algo caracteriza EEUU es el predominio de su gusto estrafalario que muchas veces roza los límites de lo kistch. Quizás por esto, quizás porque este nuevo mundo no goza de una tradición de monumentos clásicos, se empeñan constantemente en versionar los monumentos antiguos más conocidos. Un ejemplo de esto es la versión de los anillos de Stonehenge en Foamhenge, Virginia (EEUU), en la que nos encontramos con el conocido círculo formado por coches. Un monumento megalítico contemporáneo que bien pudo haber sido un garaje.



En EEUU podemos ver también réplicas de otros monumentos como el Partenón, o la repetida hasta la saciedad Torre Eiffel.



En un segundo puesto del top ten de mejores copias se encuentran los países asiáticos. En China podemos ver el parque temático de Shenzhen en el que se encuentran réplicas de la torre de Pisa, el Coliseo Romano o la Torre de Londres; todo ello sin salir del recinto.




Sus vecinos japoneses no se quedan atrás y en el parque Tobu World Square podemos ver una estupenda réplica del Vaticano. Algo más pequeña que la original pero con todos elementos que caracterizan a la basílica romana. La réplica es tan exacta que incluso podremos disfrutar de colas inmesas de personas para admirar el monumento.




Por otro lado, para estar como en casa, Japón también reconstruye el Parque de España en el que podemos atravesar la Puerta del Sol y pasar por Cibeles y el Kilómetro cero.




Y qué mejor manera de sentirse como en casa que viendo el Pórtico de la Gloria en pleno centro de Londres. Se trata de una réplica exacta de la tallada por el Mestre Mateo, y lo mejor de todo es que estamos a un paso de la Catedral de Pisa.




Estas réplicas de monumentos se encuentran en su gran mayoría en parques temáticos. Pequeños centros de atracciones en los que el visitante puede viajar por diferentes culturas en un mismo recinto. Descontextualizar la obra de arte está a la orden del día, y aunque parezca un plan estupendo poder visitar varios monumentos en un mismo día, no debería perderse el sentimiento que conlleva viajar, de un lado para otro, para poder ver in situ todas esas maravillas.


Fuente: 
Lugares que no son lo que parecen. En: El viajero, periódico El País: http://elviajero.elpais.com/elviajero/2014/10/06/actualidad/1412591705_438845.html